Después de 15 años de discusiones y negociaciones infructuosas o intrascendentes sobre la protección mundial de los bosques, los países reunidos en la sede de la ONU en Nueva York, adoptarán un acuerdo sobre política forestal y cooperación, tras dos semanas de duros debates. El convenio fue firmado después de intensas negociaciones, calificaron el hecho de "hito, pues es la primera vez que los estados llegan a un acuerdo con el fin de mantener la sostenibilidad de los bosques". Uno de los inconvenientes fue la inversión de las infraestructuras, que ayudarán decisivamente a la repoblación en zonas afectadas. A pesar de estas desavenencias, el acuerdo se hará efectivo en 2009, mediante un mecanismo de financiación global.
El portavoz del evento, Hans Hoogeveen, aclamó el acuerdo como un “éxito sin precedentes” y matizó que supone un nuevo capítulo en la gestión de los bosques del planeta.
“Solo tenemos un planeta para compartir y debemos asegurar la salud y el equilibrio”. El acuerdo, aunque aún no está legalmente sellado, establece nuevos principios en la administración forestal, que pasa a ser de competencia internacional y también establece medidas tendientes a la reducción de la deforestación y la degradación del suelo. Por otra parte, el pacto establece diversificar los ingresos de las comunidades cuya economía depende hoy exclusivamente de la industria forestal.
Hoy en día, más de 1600 millones de personas, según el Banco Mundial depende de los bosques para la supervivencia. Las industrias relacionadas con los recursos arbóreos supone alrededor de 270.000 millones de dólares. Pekka Patosaari, director de la ONU en el Secretariado de Asuntos Forestales, constató que es necesario enviar un mensaje claro a la comunidad global sobre el crítico papel de los bosques en el desarrollo internacional.